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Revista de corresponsales: Londres es Brutal

© Brutalisme. Robert Berneguer

Londres es brutal. Literalmente. Brutal de acuerdo con la cuarta acepción que fija el Diccionario de la RAE: “muy grande”; brutal también en el sentido coloquial tan extendido ahora, aunque todavía no reconocido por el diccionario, es decir: “genial”, “magnífica”, “maravillosa”; y brutal, especialmente, por lo que se refiere a su abundancia de edificios brutalistas.

El Brutalismo, vio su origen en el Reino Unido durante la década de los 50 en el marco de los proyectos de reconstrucción de Londres después de la destrucción causada por el Blitz (los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial). La historia del movimiento es bien conocida gracias a Reyner Banham, escritor y crítico de arquitectura británico, que escribió dos textos esenciales en la materia: en 1955 “The New Brutalism”, y en 1966 “The New Brutalism, ¿ethic or aesthetic?”. Donde desde un inicio apuntó la conexión por una parte con Le Corbusier y “le Béton brut”, y por otra con el Art Brut de Jean Dubuffet. Banham dio especial importancia al trabajo de los arquitectos londinenses Alison y Peter Smithson, responsables de la publicación por primera vez en 1953 de la frase “New Brutalism”, cuando estos se referían a un proyecto suyo no construido: “the Soho house”.

El origen del término se atribuye a Hans Asplund, hijo del conocido arquitecto sueco Erik Gunnar Asplund, cuando en 1951 durante una visita de unos colegas ingleses usó el término “Neo-Brutalistas” para referirse al trabajo de sus colegas Bengt Edman y Lennart Holm. El término fue importado desde Suecia al Reino Unido, y difundido como “Nuevo Brutalismo”. Diferencia relevante como explica Banham: el concepto “Neo-Brutalismo” definiría un estilo, mientras “Nuevo Brutalismo” define una actitud en relación con la arquitectura.

Banham estableció las siguientes características para el movimiento brutalista: "1, legibilidad formal de la planta; 2, exposición clara de la estructura, y 3, valoración de los materiales por sus cualidades inherentes ‘as found’ (tal como se encuentran)”. Siendo uno de los principios clave conseguir lo que Banham dio en llamar “memorabilidad de imagen”.

El movimiento fue promovido por Banham y los Smithsons como una ética antes que una estética, aunque a nivel popular fue pronto asociado a una determinada imagen, donde Brutalismo paso a ser sinónimo de edificio de hormigón. En el Reino Unido el movimiento fue asociado a la posición política de izquierda, y ampliamente usado en todo tipo de edificios públicos: viviendas, escuelas, universidades, hospitales, teatros, etcétera.

El movimiento fue abrazado en los 50 por una generación joven de arquitectos ingleses que tomaron como referentes arquitectos como Le Corbusier, Mies van der Rohe, Philip Johnson, Alvar Aalto, o Ernesto Rogers. Rechazando a sus inmediatos predecesores británicos (a excepción quizás de Well Coates), pero abrazando generaciones británicas anteriores. En el documental “One Below the Queen: Rowley Way Speaks for Itself”, dedicado al complejo de vivienda social del mismo nombre, Neave Brown, autor de dicho complejo brutalista, describe lo anterior así: “el proyecto obtuvo su vitalidad al tomar ingredientes que se remontan a la Vivienda Inglesa Histórica, estableciendo así una noción de continuidad” (refiriéndose en este caso a obras como el Regent’s Crescent de John Nash completado en 1821).

Fuera de Inglaterra el trabajo de Le Corbusier, especialmente en la Unité de Marsella (1952) y posteriormente en Chandigarh, fue decisivamente influyente a nivel internacional. Una influencia que se extendería posteriormente al Metabolismo Japonés, con Kenzo Tange, o los paralelismos americanos, con Paul Rudolph, llegando hasta Macedonia, con Georgi Konstantinovski.

Históricamente el Brutalismo ha despertado pasiones opuestas, siendo apreciado especialmente por arquitectos, pero en muchas ocasiones fuertemente criticado por gran parte del público. Son famosas las declaraciones del mismo Prince Charles, actual Rey del Reino Unido, cuando a finales de los 80 describió el National Theatre de Denys Lasdun (una de las obras más refinadas del movimiento acabada en 1976) como “una especie de Central Nuclear en el medio de Londres”. El mismo edificio fue votado en 2001 en una encuesta de Radio Times como uno de los “top 5” edificios más queridos y a la vez más odiado del país. Jonathan Meades, escritor y cineasta, describe la dicotomía anterior en su documental de 2014 “Bunkers, Brutalism and Bloodymindedness” de la siguiente manera: “un estruendo ofensivo para muchos oídos, pero poesía en hormigón para mí”. Añadiendo: “lo que para unos es una monstruosidad en hormigón es para otros arquitectura con agallas”.

La “memorabilidad de imagen” que describía Banham, ha hecho que multitud de edificios brutalistas se hayan colado como telón de fondo tanto en películas como videoclips musicales: Thamesmead Estate aparece en “A Clockwork Orange” de Stanley Kubrick, así como en el videoclip de los Libertines ‘What Became of the Likely Lads’; el Barbican aparece en el videoclip de los Metronomy ‘Month of Sundays’; y Robin Hood Gardens en el video del proyecto paralelo de Orbital, 8:58 – ‘The Clock’.

En la última década el movimiento ha atraído un creciente interés con la publicación de gran variedad de catálogos y libros de fotografía como: “Brutalist London Map” (2015), “This Brutal World” (2016), “Brutal London” (2016), “SOS Brutalism: A Global Survey” (2017), “Atlas of Brutalist Architecture” (2018). Algunos ejemplos de carácter más académico incluyen: “Militant Modernism” (2009); el número 136 de la revista October (2011); Clog (2013); “Space, Hope, and Brutalism: English Architecture, 1945-1975” (2015); o “Brutalism Resurgent” (2017).

El interés por el movimiento se extiende a toda una nueva generación de artistas, fotógrafos, diseñadores y críticos: Michael Abrahamson, con su foto archivo “Fuck Yeah Brutalism”; Louise Hayward, artista, printmaker, que usa como tema central complejos de vivienda social del Sur de Londres; así como los fotógrafos: Frederic Chaubin, centrado en edificios de la CCCP; Jan Kempenaers, Nicolas Moulien, Neil Montier y su trabajo con collages; o Bas Princen.

El renovado interés y admiración por el Brutalismo ha llegado tarde para algunos de los edificios ya demolidos o condenados a demolición, como, por ejemplo: Los complejos de vivienda social en Robin Hood Gardens, de Alison y Peter Smithson (1972); el Southwark Heygate Estate de Tim Tinker (1974); o el edificio comercial Sampson House de Fitzroy Robinson & Partners (1979).

Jonathan Meades describe así el fenómeno de la demolición: “La destrucción de edificios brutalistas es más que la destrucción de un determinado tipo de arquitectura. Es como quemar libros. Es una forma de censura del pasado. Es la venganza de una era mediocre… la destrucción vergonzante de un resuelto optimismo”.

Las demoliciones se han visto parcialmente compensadas por el aumento del número de edificios Brutalistas que han pasado a ser parte del catálogo de edificios protegidos de la ciudad. Algunos de los hitos Brutalistas incluidos en el listado de patrimonio histórico londinense son: Alexandra Road Estate de Neave Brown (1978); Royal College of Physicians de Denys Lasdun (1964); Haggerston Girls’ School (1967), Trellick Tower (1972), y Balfron Tower (1967) de Erno Goldfinger; o el Barbican (1962-82), gigante complejo residencial de Chamberlin Powell & Bon.

El creciente listado y protección de obras significativas del Brutalismo, así como la también creciente apreciación por parte del público y la consecuente atención a la reparación y mantenimiento de la arquitectura de este periodo, garantiza que en un futuro Londres siga siendo una ciudad “brutal”.

 

Robert Berenguer i Segura, arquitecto. Corresponsal del COAC en Londres, Reino Unido. Octubre 2022. 

 

Referencias:

 

Banham, Reyner. The New Brutalism. Architectural Review.

1955.Banham, Reyner. The New Brutalism: ¿Ethic or Aesthetic? The Architectural Press. 1966.

Gatley, Julia; King, Stuart. Brutalism Resurgent. Routledge. 2017.

Phipps, Simon. Brutal London. September Publishing. 2016.

 

Documentales:

 

“Bunkers, Brutalism and Bloodymindedness”. Director: Meades, Jonathan. BBC. 2014

“One Below the Queen: Rowley Way Speaks for Itself”. Realización: Residentes de Alexandra Road Estate. 2010

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